domingo, 30 de septiembre de 2012

Hoy sí que nos toca reir... y a lo grande.

El jueves de la semana pasada recibí una llamada de esas que te marcan para siempre.
E: Jose, soy Elías. Que te llamaba porque te lo quería decir personalmente a ti por teléfono. Por todo lo que significais. Por vuestra situación, lo que compartimos. Por lo que hemos compartido. Por todo, quería decírtelo, decírsoslo antes de publicarlo o contárselo a nadie más…   
J: (Nudo en la garganta) 
E: que hoy, me han puesto el último pinchazo. ¡Acabé!. ¡Se acabó! Fin al tratamiento… ¡¡Que los siguientes sois vosotros!!  
J: Lagrimas contenidas, incontenidas, no se lo que dije sin gallos y mucho menos con ellos en la voz… 
Bufff.... Pocas llamadas de teléfono en mi vida recordaré tan relevantes para mi como esta. Lo que significó y significa no es grande, es lo siguiente.

Acordarme de todo lo que ha sido encontrarme a Elías en este camino significa mucho. Conocerle a él ha sido de lo más grande que nos ha pasado en estos dos años. Saber lo que ha pasado, lo que ha vivido, lo que hemos compartido con él… Haber encontrado a alguien que compartía conmigo lo que siempre he tratado de hacer en este blog: transformar en positivo esta experiencia, esta carrera, este día a día...

Lo que nos ha enseñado, lo que nos hemos llegado a entender… Saber dónde estaba su madre, su padre, su hermano, por lo que han podido llegar a pasar… entenderle a él y a ellos al mismo tiempo…

Me alegro tanto, tanto, tanto, por él, por los suyos, por todos los que puedan ver este post, o su post donde lo cuenta, o su blog, y ver que todo tiene un final, que todo llega…

Todo esto, es demasiado concentrado para resumirlo no sólo en palabras, sino también en sentimientos sin que, incluso habiendo pasado dos semanas desde aquella conversaciónn, se me siga formando un nudo en la garganta y los ojos se me inunden y me desenfoquen la pantalla del ordenador.

Te queremos Elías. Enhorabuena por haber llegado. Gracias por haberte cruzado en nuestras vidas. Gracias por habernos dado todos los días más aquís y más ahoras.

sábado, 15 de septiembre de 2012

unoentrecienmil.org

Hoy tengo algo nuevo e ilusionante que contaros. He comenzado un nuevo proyecto con amigos. Con grandes compañeros de viaje.

Llevo más de un año y medio dándole vueltas y por fin tengo el valor de mostrarla a todos. Voy a convertir Uno entre cien mil y toda su energía positiva en una Fundación. De momento está en fase Beta, hasta que en Noviembre esté realmente en marcha que es cuando haremos una presentación oficial. Causalidades más que casualidades, haciéndolo coincidir con el 2º año del diagnóstico de Guzmán. De momento la vamos mostrando a amigos, conocidos para que nos den comentarios, nos aporten cosas o se apunte quien quiera para ser voluntario. www.unoentrecienmil.org



En ella trabajaremos desde la innovación, la comunicación, la creatividad, la tecnología para favorecer causa
s sociales y conseguir fundamentalmente acabar con la leucemia infantil. Porque lo que recaudemos irá a un proyecto de investigación contra ella.

Jose Antonio Ritoré un gran amigo que he hecho en este camino fruto de una entrevista que me hizo justo cuando empezaba a pensar yo en hacer algo social. Yo diría justo al día siguiente de estar convencido que lo haría. Aquella entrevista fue fruto de la causalidad una vez más, y quizás el primer día de estos dos años en el que emplee en voz alta esa palabra que me taladraba el cerebro.
Hoy Jose Antonio es Patrono junto a mi de la Fundación, junto a María mucho más que una amiga, un bastón y un faro que me ha acompañado sin que le flojearan las fuerzas en todo momento, los malos y por supuesto los buenos.

Quiero compartir con todos vosotros el primer post que ha escrito Jose Antonio en el Blog de la Fundación, y que me llena de orgullo, satisfacción y de agradecimiento por toda la energía positiva con la que está escrito.

Os invito a todos a ser Uno entre cien mil. Gracias por las energías que siempre he tenido vuestras que me han permitido arrancar este proyecto.


miércoles, 12 de septiembre de 2012

Doña Eva

Dos años antes de que enfermara Guzmán, Eva decidió cambiar de vida.

Después de un año sabático dedicado a criar a sus dos maravillosos hijos, se dio cuenta de que el marketing no era lo suyo y decidió inscribirse tras un impulso repentino de la noche anterior, a estudiar magisterio. Para ser maestra algún día.

Aquella fue la primera vez. 

El estudio, las clases, los compañeros que conoció, la incertidumbre del camino iban rellenando un hueco que parecía estar llamándola desde hace tiempo desde sus entrañas. Todo encajaba, todo se iba completando de forma natural y nuestros hijos creciendo. Y llegó Noviembre del 2010 y el mundo se removió desde el interior y sacudió nuestras vidas azotándonos el alma con tanta brusquedad que el agujero interior se hizo inmenso. 

Al día siguiente del diagnóstico, tras escuchar el tremendo “uno de los dos tiene que dejarlo todo durante un año para estar a su lado”, Eva llamó a la facultad para comentarles que se daba de baja durante el año.

Pasaron las semanas, comenzamos a digerir algo que todavía no hemos terminado del todo. Pasó el mes del hospital, conversaciones por teléfono a distancia entre los dos, momentos fugaces de comidas en restaurantes a 20 minutos para poder vernos, mirarnos, llorar y escucharnos. Y antes de salir del primer mes del hospital, Eva decidió volver a llamar a la Universidad para retraerse de lo dicho y matricularse cuatro asignaturas. No por el hecho de la perseverancia de sacarlo adelante, sino por lo importante que era saber que podía tener algo para mantenerle la cabeza ocupada.

Y lo hizo, ya lo creo que lo hizo. Entre visitas una semana si otra no al hospital, punciones de medula, intratecales, se sacó las cuatro asignaturas con sabor a jeringuillas, batas, neutrófilos y metotrexate.

El cuidado recibido por parte del colegio de los niños, el cariño, la preocupación y la sensibilidad con nuestra situación no tienen de vuelta suficientes palabras de agradecimiento. Llegaba el verano, Martina pasaba a primaria rodeada de amor y cargada de la fuerza que le dieron en infantil, Rosana, Leti… sus maestras del alma… en un año tan complicado como el que le había tocado vivir. Y Guzmán, poco a poco tomaba su relevo en infantil con el increíble regalo de heredar a sus maestras.

Empezaba un año (para mi los años siempre han sido los escolares) en el que dividiríamos el tiempo de Guzmán entre visitas al hospital para la quimio de turno, el cole con su timidez adquirida entre adultos y jeringuillas, y casa con mamá y la abuela. Cansadito y sin demasiadas fuerzas.

Y mientras tanto, Eva arrancaba, su último curso de magisterio. Madre mía con lo que habíamos vivido… Entre algún día de dudas viendo el final de ese trayecto y su marcada autoexigencia, (aquello que no era matrícula le parecia insuficiente) fueron pasando los días, las semanas, y los meses, y Guzmán ya sólo iba los martes al hospital para regularle la medicación y sus fuerzas poquito a poco creciendo.

Y llegaron las prácticas en un cole y el destino hizo que terminase sus últimas prácticas en de los niños. Dudas, y más dudas, indirectas y directas. Exámenes, notas. Y aprobada y titulada de magisterio con creces…

Y entonces surgió…
- “Eva, ¿a ti que te parecería trabajar en el colegio el año que vien?”
- “qqqqquuu?”
- “siendo la profe de los de primero deprimaria”………………………

Hoy han pasado cinco años desde que Eva decidió tomar una excedencia, cuatro desde que se decidió matricular de magisterio, y casi dos desde que Guzmán fue diagnosticado (ahí está el campeón, casi llegando). Y ayer 11 de Septiembre del 2012, un día después de que Martina haya empezado segundo de primaria, y un día antes de que Guzmán vaya a empezar su curso de infantil después de la energía recogida en verano, Rosana, ese ángel que nos ha acompañado en este camino, ha presentado a Eva como la nueva profesora de primaria a todos los niños del colegio.

Y hoy, cuando Eva estaba allí arriba, en ese escenario que llevaba tiempo esperándola, e iba diciendo los nombres de los niños uno a uno y estos pasaban y le daban una flor ha sido la segunda vez.

Después de aquella primera en aquella noche de hace ya cuatro años en la que decidió matricularse, ella estaba allí, de pie, pausada, con la mirada profundamente tranquila y conectada. Conectada a la vez a la tierra y al cielo, rellenando los huecos de las entrañas que faltaban por completar, como si siempre hubiese tenido una maestra dentro que llevaba años, décadas, siglos, buscando el camino y tratando de llegar allí.

Enhorabuena Eva. No puedo expresar con palabras el orgullo, la admiración, el amor tan profundo que siento por ti y mucho más intenso que es en un momento como el de ayer en el que las lágrimas no han dejado de brotarme en cada segundo en el que tu recuerdo me ha hecho volver a conectar.

martes, 11 de septiembre de 2012

Hay un nuevo ángel en el cielo.

Hay ángeles que hablan a través de la voz de otros, incluso a veces a través de la tuya.
Hay ángeles que iluminan lúgubres caminos con faros y señales.
Hay ángeles que nos enseñan a levantarnos, a caminar, a vivir.
Hay ángeles que se dedican a ponernos el vello de punta a lo largo del cuello hasta la cabeza.
Hay ángeles que convierten en un segundo las lágrimas en sal y la sal en sonrisas.
Hay ángeles que hacen que en instantes donde nadie te rodea te sientas más acompañado que nunca.
Hay ángeles que hacen brotar las flores hasta en invierno.

Hay ángeles que te acompañan de por vida hasta que tu te conviertes en uno de ellos.

Desde el 23 de Agosto, a las tres de la tarde, hay un nuevo Ángel en el cielo. Hugo se ha ido y sigue estando aquí. Su sonrisa siempre acompañará a su mami y a los suyos.

Se nos ha ido un ángel al cielo para protegernos a nosotros. 
Nos veremos de nuevo Huguito, gracias por estar ahí, cuida de Guzmán y de todos los demás.