sábado, 30 de abril de 2011

me gusta y no me gusta

Como diría Amelie en esa fabulosa escena que supongo conocéis...


- Me gusta meter la mano en un bol lleno de soja verde.
- No me gusta ver cómo se comen la harina.

- Me gusta el ruido de batir huevos.
- No me gusta el sonido del la thermomix al 10.

- Me gusta el olor a sábado por la mañana.
- No me gusta ver a Guzmán llorando por cualquier cosa.

- Me gustan mi Rayo McQueen y mi Tartita de fresa particulares.
- No me gusta que las cookies de chocolate recién hechas estén crujientes.

- Me gusta la idea de salir un sábado por la noche después de nosecuantosymássábados sin salir.
- No me gusta la sensación de empezar a sentirme constipado...

martes, 26 de abril de 2011

Judías verdes

Hoy nos tocaba, supuestamente, una punción de médula para terminar este ciclo, pero estaba de defensas bajito y nos hemos ido a casa "tan tontentos" por no tener que pasar por la UCI y la sedación.
Así que después de llevar ayunando desde las 11:30 de la mañana, nos hemos cenado a eso de las 7 unas judías verdes estupendas.

domingo, 24 de abril de 2011

La Liebre de Pascua

Ésta mañana ha venido la Liebre de Pascua por casa y nos ha dejado huevos de chocolate.

Éste es un cuento que en el cole le cuentan a Martina. Cada vez que leo sobre la pequeña liebre, la verdadera Liebre de Pascua, me gusta imaginarme a Guzmán saltando, esquivando obstáculos y llegando hasta el fin exitosamente de éste sendero nuestro.











Un cuento de la Liebre de Pascua (Ed. Rudolf Steiner)
Había una vez una familia de liebres de Pascua, el padre, la madre y los siete hijos. El padre y la madre liebre no sabían quién de sus hijos iba a ser ese año la liebre de Pascua. Entonces la madre liebre de Pascua cogió una cesta con siete huevos, y el padre liebre de Pascua llamó a sus siete hijos y dijo al mayor:

-Coge un huevo de la cesta y llévalo al jardín de la casa donde viven muchos niños.

El mayor cogió el huevo dorado y se fue con él a través del bosque, cruzó el riachuelo, atravesó la pradera y llegó al jardín de la casa de los niños. Entonces quiso saltar por encima de la verja, dio un salto demasiado grande y el huevo se cayó y se rompió. ésta no era la verdadera liebre de Pascua.
Le llegó el turno al segundo. éste cogió el huevo plateado, corrió con él a través del bosque, cruzó el riachuelo y llegó a la pradera. Entonces le llamó la urraca: -Dame tu huevo, dame tu huevo y te regalaré una moneda.
Y sin que la liebre se diera cuenta, ya se había llevado la urraca el huevo a su nido. ésta tampoco era la verdadera liebre de Pascua.
Le tocó el turno al tercero. éste escogió el huevo de chocolate, corrió con él a través del bosque, cruzó el riachuelo, llegó a la pradera y justo entonces, llegó saltando de un pino alto una ardilla, puso grandes ojos y preguntó:

-¿Está rico?
-No lo sé, lo quiero llevar a los niños.
-¿Me dejas probar un poco?

La ardilla chupó un poco y, como le gustó tanto, siguió lamiendo, y la liebre lamió con ella hasta que todo el huevo había desaparecido. Cuando la tercera liebre llegó a casa, la madre liebre de Pascua le tiró de los pelos de su morrito que aún estaban llenos de chocolate y dijo:

-Tú tampoco eres la verdadera liebre de Pascua.

Ahora le llegó el turno al cuarto. El cuarto cogió el huevo con muchas manchitas. Con este huevo corrió a través del bosque. Cuando estaba cruzando el riachuelo se paró en medio y se vio en el riachuelo como en un espejo. Cuando se estaba mirando, ¡plaf!, se cayó el huevo al agua. ésta tampoco era la liebre de Pascua.
Le llegó el turno al quinto. El quinto cogió el huevo amarillo. Con él corrió a través del bosque y antes de llegar al riachuelo se encontró con el zorro.

-Oye, vente conmigo a mi madriguera y enseña a mis hijos el huevo bonito.

Los zorritos empezaron a jugar con el huevo, se cayó encima de una piedra y se rompió. Rápidamente corrió la liebre a casa con las orejas gachas. Ella tampoco era la verdadera liebre de Pascua.
Le llegó el turno al sexto. El sexto escogió el huevo rojo y con él corrió a través del bosque. Entonces se encontró en el camino con otra liebre. Puso su huevo en el camino y empezó a pelearse con la otra. Por fin, la otra liebre huyó y cuando la sexta liebre buscó su huevo, lo encontró hecho migas. ésta tampoco era la verdadera liebre de Pascua.
Le tocó ya el turno a la séptima, la liebre más joven y pequeña. Ella cogió el huevo azul. Con el huevo azul atravesó el bosque. En el camino se encontró con otra liebre. La dejó pasar y siguió adelante. Entonces vino el zorro. La liebre dio un rodeo y llegó al riachuelo. Con unos saltos ligeros cruzó por encima del tronco. Vino la ardilla pero la liebrecita siguió adelante y llegó a la pradera. Cuando la urraca gritó, simplemente le contestó:

-¡Tengo que seguir!, ¡Tengo que seguir!

Por fin, llegó al jardín de la casa. La puerta estaba cerrada. Ella dio un salto, ni demasiado grande, ni demasiado pequeño, y puso el huevo en el nido que le habían construido los niños. ésta era la verdadera liebre de Pascua.

jueves, 21 de abril de 2011

¡¡Viajeros al tren!!

Dia 9 después de la Dexametasona. Esto sigue cuesta arriba. El martes en el análisis nos dieron unos resultados bastante buenos de neutrófilos y plaquetas, así que teníamos en la cabeza animarnos a salir a algún sitio ésta Semana Santa, a dar un paseo por el campo o cualquier cosa. Y a pesar de que haya amanecido con lluvia, como el desánimo lleva aparcado fuera bastantes días, nos hemos ido al museo del ferrocarril y se lo han pasado pipa. Subiendo al Talgo, viendo cambios de vía, "lotomotoas de vapóz", cruzando las vías por donde los trenes, e incluso subiendo al vagón cafetería para probar algo que te marca de por vida: gusanitos con agua, ya sólo falta la Fanta o la Coca Cola. ¡Que gran descubrimiento!



En principio tendremos aspirado de médula el martes que viene, para confirmar que seguimos sin salirnos de la vía correcta, pero se decidirá en base al hemograma que le hagan.

lunes, 18 de abril de 2011

Tu risa

Parece mentira que sólo hayan pasado 3 días desde que volvió a entrar la risa de Guzmán en casa. Y resulta complicado contar todo lo que significa para mí. Este es un poema pensando en esos días que ya pasaron y en estos días que ya volvieron.
Volvemos a tener el arma más poderosa en nuestro ejército.


Tu risa.
Quítame el pan si quieres
quítame el aire, pero
no me quites tu risa.

No me quites la rosa,
la lanza que desgranas,
el agua que de pronto
estalla en tu alegría,
la repentina ola
de planta que te nace.

Mi lucha es dura y vuelo
con los ojos cansados
a veces de haber visto
la tierra que no cambia,
pero al entrar tu risa
sube al cielo buscándome
y abre para mí todas
las puertas de la vida.

Amor mío, en la hora
más oscura desgrana
tu risa, y si de pronto
ves que mi sangre mancha
las piedras de la calle,
ríe, porque tu risa
será para mis manos
como una espada fresca.

Junto al mar en otoño,
tu risa debe alzar
su cascada de espuma,
y en primavera, amor,
quiero tu risa como
la flor que yo esperaba,
la flor azul, la rosa
de mi patria sonora.

Ríe de la noche
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
ríete del torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro,
cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire,
la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría.

Pablo Neruda.

sábado, 16 de abril de 2011

...y volvimos a jugar al tren.

Según la dexametasona se va pasando, los juegos, los gritos, los trenes y las risas van volviendo, tras cuatro semanas aparcados/as en las cocheras.

viernes, 15 de abril de 2011

Punto y aparte.

Hoy estaba previsto que saliéramos del hospital por la mañana, pero la mañana se ha complicado.
Una mala noche. Un dolor de tripa que se ha repetido. Un "no me quiero mover de la cama" lastimoso hasta las 11. Una visita de la pediatra que le ha visto así... Una posible pancreatitis provocada por la Asparraginasa... Y cancelación del alta de la mañana, Y un esperar hasta las 4 a que venga nuestro Oncólogo.
Una mañana rara... Así como os la cuento, me la ha contado Eva por teléfono mientras yo trabajaba. Así que me he ido al hospi, para dar soporte, para dar compañía, para lo que fuera...
Y cuando he entrado en la habitación a eso de las 2 me he encotrado a Guzmán con una sonrisa de oreja a oreja, vestido de calle con su camiseta de pirata, y dicíendo "estoy tan tontento..." "poqte viene papá"... que qué quereis que os diga. Me he derretido.... Era verle y parecía que todo lo anterior se lo había inventado Eva por teléfono...
Pero ahí estábamos esperando a que llegara el médico para, que por supuesto, nos diera de alta, porque en nuestra cabeza, entre el cansancio acumulado y ese vaivén mezcla de serpentinas y tormentas de niebla y nieve emocionales, no cabía otra posibilidad: nos teníamos que ir a casa.
Así que ha llegado, ha insinuado que igual una prueba, que ojo con el dolor si vuelve, que le vigilemos, que tal, que cual... Y finalmente, finalmente nos ha dicho que: ¡¡"PACASA"!!
Recogiendo la ropa, los trenes, los libros, las jeringuillas de varios tamaños, nos hemos despedido de la habitación del hospital, de las enfermeras, de las auxiliares... y todos sabíamos que era una despedida especial.
Hasta que terminase y estuviésemos en casa después de este ciclo no me atrevía a decirlo. Pero ya lo puedo decir:
¡¡Se acabaron los ingresos dentro del protocolo de Guzmán!! ¡¡Se acabó volver a ir al hospital para dormir durante un ciclo de quimio!!
Sí, nos falta un año y medio de quimio, pero ya "ambulatoria", de pasar un día allí y poco más.
Por supuesto, y no sería extraño en estos casos, puede haber ingresos por sustos como el del jueves pasado. Somos conscientes. Pero aún así, estamos de celebración.
Y para Eva y para mí ha sido una tarde en la que nos hemos sentido como si una puerta se abriese y otra se cerrase. Como si el viento cambiara de trayectoria. Como si fuese el primer día de unas merecidas vacaciones. Sintiéndonos entre raros, agradecidos, aliviados... notando dentro como si algo importante estuviese ocurriendo.
Hemos estado juntos, hemos cenado juntos, y hemos disfrutado del primer día del resto de la recuperación de Guzmán.
Esta noche nos vamos a la cama tocando el xilófono, jugando a dar palmas como cuando teníamos 6 años y a ritmo de acordeón sintiendo el resto de nuestra vida en rosa.

martes, 12 de abril de 2011

Cena para dos

Hoy hemos ingresado en el hospital. Nos toca un ciclo de varias quimios.
Hoy le hemos dado la última dosis del corticoide que le estaba haciendo ser una sombra de sí mismo, que le llenaba de desánimo y le hinchaba como un globo de helio.
Hoy empieza el final del ciclo.
Hoy me gustaría verlo todo pasar a ritmo de Mika en Life in Cartoon Motion.

lunes, 11 de abril de 2011

Antecomienzo

(Pensando en el padre de María y en nuestro camino)

"No detenerse.
Y cuando ya parezca
que has naufragado para siempre en los ciegos meandros
de la luz, beber aún en la desposesión oscura,
en donde sólo nace el sol radiante de la noche.
Pues también está escrito que el que sube
hacia ese sol no puede detenerse
y va de comienzo en comienzo
por comienzos que no tienen fin."
José Ángel Valente



sábado, 9 de abril de 2011

Guzz Lightyear

Ayer el doctor de Guzmán nos dijo que con 48h. sin fiebre y 500 neutrófilos nos íbamos a casa. Y eso podía ser hoy.
Hoy a las 10 a.m., cuando todavía estábamos en la habitación, ha entrado una de sus doctoras y nos ha dicho que "pacasa", que sin visitas, con mucho cuidado y asepsia porque está neutropénico pero "pacasa".
- "Té guay", como dice Guzmán.
No es que haya sido un día a tope, de hecho el peque está 10 minutos bien, 10 minutos de bajón, pero se le ve yendo a mejor cada día. Poquito a poquito, pero a mejor. (A ver a partir del martes que se acaban por fin estos corticoides).
A medio día hemos estado de tranquis viendo la mitad de Toy Story 3 junto a Buzz, que le regalaron ayer en el hospi Mónica y Miguel, mientras el pedía "aiti" (reiki) a mami en la tripita.


Y por la tarde han venido su abuela Pilar y su tía Pilar y entre suspiro y suspiro, le ha dado un rato por troncharse de risa derramando leche con un juego de café de muñecas.
Esta noche justo antes de cerrar los ojos, le ha pedido al niño Jesús que cuide de todos los niños enfermos.
Ese es Guzmán. ¡¡Hasta el infinito y más alla!!

viernes, 8 de abril de 2011

4º escalón

El lunes pasado, día laborable, se subía el 4º escalón de la escalera de San Fermín. Como ya sabéis, Bea en su día le pidió al parroco, Santos, pedir por Guzmán en todo este camino. El lunes, su hermana, nuestra AMIGA, Celia, se fue desde Madrid con los niños a la misa y este es su relato:

"4 de Abril de 2011. Tarde con relativo buen tiempo en Pamplona y paseo muy agradable por la parte vieja antes de ir a la Misa. Yo sola con mis dos niños, porque Antonio ya se ha vuelto a Madrid y mis padres están de médico en Vitoria. 19:15.

Llamada de mi madre: acabamos de salir del médico y no nos va a dar tiempo a llegar a la Misa. Ya lo suponía, por la hora. Me dirijo hacia la Iglesia de San Lorenzo y accedo por la entrada trasera habilitada con rampa. Veo que no puedo entrar por ahí porque la gente tapa hasta la puerta.

Recuerdo las palabras de Bea "Suele haber mucha gente y deberías ir media hora antes para coger buen sitio", algo complicado con "los enanos" si quiero que aguanten la Misa. Doy la vuelta por el otro lado y atravieso la nave de la iglesia con todos los bancos llenos de gente sentada y por supuesto el acceso a la Capilla colapsado. Pero pienso en dos segundos que voy a intentar entrar y que quizás por delante haya algún hueco. Así que aprovechándome del carro de Toni pido paso con los dos peques siguiéndome detrás, avanzando sobre la alfombra roja hacia el altar.

La Capilla está preciosa y llenísima de gente. Todos me miran. Por fin veo un lateral donde poderme colocar, con el carrito detrás de la columna. Alivio y alegría. Por un lado me asomo y veo el altar con San Fermín detrás no muy lejos y por el otro lado puedo ver al grupo jotero. Llega la alcaldesa de Pamplona y comienza la Misa. Toni quiere aupa. Está cansado. Le acuno en brazos y al ratito se duerme. ¡Qué suerte! Ahora ya tengo manos libres para poder grabar.

A David le dejan unas señoras colocarse delante de ellas en el banco para poder ver a los que cantan las jotas. Santos, el sacerdote, lee el Evangelio. Trata sobre la curación de un enfermo. Pienso en Guzmán. Santos también y empieza la Homilía recordando al "chavalico" de Madrid que está enfermo. Sorpresa. Comienzo a grabar. Me alegro y me emociono. Espero que se pueda oir. Pido por Guzmán, para que se cure, como acaba de decir Santos.

David se aburre y pregunta que cuándo termina. Le digo que falta poco, que probaremos a salir en la Comunión. Menos mal que de vez en cuando cantan jotas a San Fermín y le gusta. Durante la Comunión no veo fácil la salida y esperamos hasta el final. Estrenan una jota nueva para la ocasión. Toni sigue dormido.

Cantamos todos a la alcaldesa "Feliz, feliz en tu día......" por su cumpleaños y a petición de Santos. Termina la Misa pero siguen las jotas. Intento salir por sitios alternativos sin conseguirlo. Con el carrito es complicado porque la gente se queda a escuchar las jotas. Al final se tienen que levantar de un banco para dejarme salir. Por fin salimos. A los pocos minutos Toni se despierta. Doy gracias a Dios por su oportuna siesta. Ha sido una Misa preciosa. Me dirijo a casa para volver a Madrid. Ya hemos subido otro escalón. Y con Guzmán. Ya falta menos........"



"Lectura del santo evangelio según san Juan (4,43-54): En aquel tiempo, salió Jesús de Samaria para Galilea. Jesús mismo había hecho esta afirmación: «Un profeta no es estimado en su propia patria.» Cuando llegó a Galilea, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta. Fue Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Oyendo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verle, y le pedía que bajase a curar a su hijo que estaba muriéndose. Jesús le dijo: «Como no veáis signos y prodigios, no creéis.» El funcionario insiste: «Señor, baja antes de que se muera mi niño.» Jesús le contesta: «Anda, tu hijo está curado.» El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Iba ya bajando, cuando sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo estaba curado. Él les preguntó a qué hora había empezado la mejoría. Y le contestaron: «Hoy a la una lo dejó la fiebre.» El padre cayó en la cuenta de que ésa era la hora cuando Jesús le había dicho: «Tu hijo está curado.» Y creyó él con toda su familia. Este segundo signo lo hizo Jesús al llegar de Judea a Galilea. Palabra del Señor"

Gracias a todos los que en cualquier forma, religión, acto, pensamiento, oración, visualización, deseo, rito, proyección... apoyais la curación de Guzmán. Muchas, muchas gracias.
Hoy viernes nos volvemos a juntar a las 22:30

jueves, 7 de abril de 2011

Me hace mucha ilusión dormirme en tu camita... (del hospital)


Pues sí, después de una noche bastante movidita, a Guzmán a eso del mediodía le ha subido la fiebre a 38,3º y hemos actuado según protocolo: a urgencias atoaostia, o como dice Guzmán según le enseñó el abuelito: “atoapastilla”

Analítica sangre, placa, descarte neumonía, ¡bien!, analítica orina, analítica mocos…, espera, espera, espera, a priori todo negativo, pero niño neutropénico + fiebre = antibiótico intravenoso + ingreso.

Al pobre además le han puesto mascarilla con ventolín porque tenía bajo el indicador de oxigeno en la sangre, y no le ha gustado nada, pese a que el enfermero se ha inventado que “eso es lo que llevan los conductores de trenes”… ¡que buen intento!, pero no ha funcionado.

Total, que nos han dicho que tenemos estar entre 5 y 7 días hospitalizados… buff…
Y así están las cosas: allí Guzmán durmiendo en la cama (el sofá) de mamá en la habitación del hospital, allí mi media alma, mi compañera de viaje, mi sonrisa lunar… aquí mi princesita durmiendo mientras sueña con que mañana va al colegio la liebre de pascua, y aquí en el sofá de casa yo con un metro vacío a cada lado, y también está aquí de nuevo visitándome esta sensación profunda de armario desordenado.

En fin… como dice Martina “lo que toca, tocó”.

miércoles, 6 de abril de 2011

El plan de Guzmán

Ayer publicaron en el blog de la Fundación Carreras, "Cuentanos tu plan contra la leucemia",
el plan de Guzmán. Gracias a toda la labor de la fundación desde aquí.

"Superman, Batman, Spiderman y Guzmán" - Fundación Josep Carreras contra la leucemia

Por otro lado también la gente de Obra Social CajaMadrid colgó el video de la charla en la que hablé sobre el blog y la historia de Guzmán en nuestras vidas, las nuestras y las vuestras. Os lo dejo para los que no pudisteis venir.


Además hoy me han mandado el artículo que han colgado sobre Guzmán en la revista padresonones.es, os lo dejo enlazado.

Gracias a todos los que os sumáis y os unís a este camino cargado de optimismo y esperanza. Tenemos un plan: hacer que el camino sea lo más positivo posible para todos y cada uno.

martes, 5 de abril de 2011

Arresto domiciliario

Hoy hemos ido preparados para el ingreso. El niño volvía a estar flojillo de todo un poco y no tenía ninguna gana del paso por la UCI, obligado para punción lumbar que le tocaba.

He llegado un poco tarde al hospi, directamente del curro, y me he encontrado ahí al pobre pegadito al rincón de un sillón de oncología, blanco como una sábana, viendo "Chuggingtown" en la tele de la sala de espera, mientras su mamá le hacía "aiti" (reiki, en idioma Guzmán), porque le dolía "la tipa". Ya le habían puesto el "porth-a-cath" y le habían cogido la muestra de sangre. Estábamos esperando al doctor para que nos confirmara que íbamos a bajar a la UCI para la punción lumbar, la triple intratecal, el ingreso y el cocktail de quimios, pero en lugar de eso nos ha dicho que "pa' casa". Que tenía sólo 300 leucocitos, es decir, está más bajito que nunca de defensas, casi como al principio de todo, y que tuviéramos mucha precaución por lo neutropénico que está. En casa, sin visitas, con asepsia total... Y cuando Guzmán ha oído esto un resorte por dentro le ha despertado con efusividad:
1. Papá, ¿no vamos a la "USI"?
2. ¿Nos vamos a casa?
3. Papá quiero dos donus de chotoate
4. No, papá, quiero un heao de chotoate
5. No, papá, quiero un heao de donus de chotoate
Así que le hemos comprado dos "donus de chotoate" y Lucía, una amiga enfermera de la planta 2, le ha regalado un "heao de chotoate" y se ha ido más contento que unas pascuas... (y yo hablando de nutrición sana el otro día... en fin...)



Después de venir con el peque a casa, Eva y yo hemos ido al velatorio del padre de María, una amiga nuestra que nos está acompañando muy de cerca en este proceso. El mayor de los cariños desde aquí para ella y toda su familia. Mucho ánimo, mucha fuerza, os queremos.
Desde hoy Guzmán tiene un ángel más entre sus guardianes celestiales.

lunes, 4 de abril de 2011

Que la pena cante hoy en oídos sordos.

El sábado Evita y yo nos escapamos a ver un concierto de Drexler al antiguo Coliseum. Y estuvo muy bien, fue nuestro paréntesis emocional del fin de semana.

Y el concierto comenzó con esa canción en la que hasta ahora no me había parado, pero que aquél día por el momento vital, por la situación del concierto, por quien sabe qué, escuché de otra manera.


 TODOS A SUS PUESTOS
(Jorge Drexler)



"Claro que lo sé
Lo tengo más que claro
Los días claros son muchos
Y los días buenos, raros.

Duró la efímera rosa
Lo que duran los suspiros
Lo que una mariposa dura
Fuera del retiro

Y aunque no haya una razón,
Todos a sus puestos,
La vida puede que no
Se ponga mucho mejor que esto

Por una vez que no duele,
Todo el mundo a bordo
Que la pena cante hoy
En oídos sordos.

Claro que también,
Melancolía manda
Con su pluma minuciosa,
Deshace afanosa lo que uno anda.

Dejemos que esa nostalgia
Nos bese la cara seca,
Como el sol de los domingos
Besará la sal de Chueca

Y aunque no haya una razón,
Todos a sus puestos,
La vida puede que no
Se ponga mucho mejor que esto

Por una vez que no duele
Todo el mundo a bordo,
Que la pena cante hoy
En oídos sordos.

Que la pena cante hoy
En oídos sordos."


Hoy Guzmán, después de desayunar vorazmente (debido al hambre extranatural provocada por el corticoide) un bol de fresas, cuatro rebanadas de pan tostado con aceite y tres platos de puré de lentejas (verídico todo, que viene a ser lo mismo de los últimos días), ha roto con la desidia a la que nos tenía acostumbrados y ha estado, bueno, ha tratado de estar todo lo energético que le dejaban sus fuerzas y el cansancio acumulado. Se ha emocionado de ir a la biblioteca a devolver los cuentos, ha ido en bici exhausto por la calle, pero ha ido, ¡ha caminado! (unos 15m) al colegio de su hermana, ha hecho galletas de chocolate, ha ayudado a Eva a liar las croquetas batiendo los huevos y pringándose hasta las cejas, se ha emocionado por la tarde por encontrar en otra biblio cuentos de trenes y de princesas para Martina y, ya sin casi fuerzas, pero con esa sonrisa de vuelta tan especial que tiene, ha disfrutado de ver uno de sus personajes favoritos al que llevaba mucho tiempo sin ver: ¡Arguiñano!

Mañana entramos al hospital de nuevo. Un nuevo ingreso con chute de todo un poco, pero hoy, la pena ha vuelto a cantar como la noche del sábado: en oídos sordos.


domingo, 3 de abril de 2011

Esto también pasará



No están siendo unos días fáciles. Más bien, están siendo las semanas más duras de este largo y hasta ahora corto camino. Es fácil ser fuerte cuando tu hijo lo es más que tú. Es duro ser fuerte cuando la debilidad embarga el ambiente.
Y es que los estados de ánimo, cuando son de tristeza y a la vez de debilidad, son complicados de gestionar. ¿De qué se trata? ¿de luchar contra ello, de ser más fuerte, de embriagar tú en lugar de dejarte embriagar? ¿O de dejarlo estar, asumirlo en cierta medida y acompañar esa decisión con plena consciencia de que es algo transitorio?
Yo personalmente, y confío que no sea haber hincado las rodillas, después de esta semana elijo voluntariamente el segundo.
Mientras tanto, mientras duermen, mientras mi alma, mi íntima compañera, baja a acompañarme durante un instante, entorno los ojos sobre las letras del ordenador apareciendo y visualizo a ritmo del Vals de Amélie a Guzmán corriendo con su bici y riendo, a Martina con esa sonrisa de sentirse la niña más especial del planeta y a Eva llorando de felicidad mientras ve todos sus esfuerzos recompensados.
Yo mientras ocurre todo eso, vuelvo a abrir el anillo del rey y a leer su mensaje.

(Este cuento lo publicó Paloma hace unos días en uno de sus blogs familiares. Y desde entonces lo llevo escrito como un regalo dentro mío)

Hubo una vez un rey que dijo a los sabios de la corte:

-        Me estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los mejores diamantes posibles. Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total, y que ayude a mis herederos, y a los herederos de mis herederos, para siempre. Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que quepa debajo del diamante del anillo.

Todos quienes escucharon eran sabios, grandes eruditos; podrían haber escrito grandes tratados, pero darle un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total...
Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada.

El rey tenía un anciano sirviente que también había sido sirviente de su padre. La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de él, por tanto, lo trataba como si fuera de la familia. El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también lo consultó. Y éste le dijo:

-        No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje. Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una ocasión me encontré con un místico. Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio. Cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje –el anciano lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey-. Pero no lo leas –le dijo- manténlo escondido en el anillo. Abrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres salida a la situación-

Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey perdió el reino. Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían. Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: enfrente había un precipicio y un profundo valle; caer por él sería el fin. Y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino. Ya podía escuchar el trotar de los caballos. No podía seguir hacia delante y no había ningún otro camino...

De repente, se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso:
Simplemente decía “ESTO TAMBIÉN PASARA”.

Mientras leía “esto también pasará” sintió que se cernía sobre él un gran silencio. Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es que poco a poco dejó de escuchar el trote de los caballos.

El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico desconocido. Aquellas palabras habían resultado milagrosas. Dobló el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino. Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración con música, bailes... y él se sentía muy orgulloso de sí mismo.

El anciano estaba a su lado en el carro y le dijo:

-        Este momento también es adecuado: vuelve a mirar el mensaje.
-        ¿Qué quieres decir? –preguntó el rey-. Ahora estoy victorioso, la gente celebra mi vuelta, no estoy desesperado, no me encuentro en una situación sin salida.
-       Escucha –dijo el anciano-: este mensaje no es sólo para situaciones desesperadas; también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando estás derrotado; también es para cuando te sientes victorioso. No es sólo para cuando eres el último; también es para cuando eres el primero.

El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: “Esto también pasará”, y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba, pero el orgullo, el ego, había desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Se había iluminado.
Entonces el anciano le dijo:

-       Recuerda que todo pasa. Ninguna cosa ni ninguna emoción son permanentes. Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas.